Contra el imperialismo y el autoritarismo

 

Contra el imperialismo y el autoritarismo


Tribuna Popular Agosto 2025 N° 3065
Editorial 

En las últimas semanas, las redes sociales han sido tomadas por una campaña de miedo y desinformación sobre un inminente despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe, ordenado por la administración Trump con el pretexto de combatir el narcotráfico. No han faltado quienes, desde la comodidad de sus cuentas digitales, se dedican a calcular cuántas horas faltarían para el desembarco de marines en costas venezolanas. Los promotores de la intervención extranjera celebran por adelantado, compartiendo imágenes de buques de guerra y soldados estadounidenses. 
Frente a este panorama, la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reacciona con su retórica habitual: invocaciones a Bolívar, llamados —muchas veces forzados— a alistarse en la milicia, demostraciones de poderío bélico y poses de guardianes de la lucha antidrogas. Sin embargo, con el paso de los días, los únicos barcos que realmente arriban son los de Chevron, cargando petróleo venezolano bajo contratos desconocidos para el pueblo, mientras los negociadores intercambian sonrisas de complacencia. 
No se trata de restar importancia al anuncio de un despliegue militar en las aguas que rodean a Venezuela. Conocemos las trágicas consecuencias que padecen los pueblos cuando los perros de guerra del imperialismo invocan cínicamente la libertad y la democracia. 
Esta nueva ofensiva de Estados Unidos responde a un objetivo claro: garantizar la supremacía de sus monopolios frente a la competencia de otras potencias. Para ello presionan a la cúpula del PSUV con la intención de obtener mayores concesiones o, en su mejor escenario, provocar su colapso y facilitar el ascenso de la derecha tradicional. Lo cierto es que ni la élite burguesa gobernante ni el bloque reaccionario encabezado por María Corina Machado representan los intereses del pueblo trabajador. Ambos compiten en su entreguismo: unos cediendo soberanía y recursos, los otros abriendo la puerta a una intervención militar. Sea cual sea el desenlace, el plan imperialista es de ganar-ganar, mientras las consecuencias recaen sobre la clase obrera y el pueblo venezolano. 
Condenamos con firmeza esta peligrosa escalada injerencista, pero también advertimos que Maduro y su entorno se sirven de estas amenazas para profundizar la represión, justificar la persecución contra el movimiento obrero y acelerar el desmantelamiento del Estado de derecho. 
La salida a la crisis nacional no vendrá del imperialismo ni de la burguesía local —sea roja o azul—, sino de la fuerza organizada de la clase obrera y del pueblo trabajador venezolano. Quien rechace la injerencia extranjera en los asuntos internos del país debe, con la misma firmeza, exigir el restablecimiento de las libertades democráticas y de los derechos constitucionales arrebatados. No existe verdadera lucha contra el imperialismo si no se enfrenta también al autoritarismo interno. Todo lo demás es ilusión… o una trampa.

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